jueves, 5 de febrero de 2015

El mito de Pigmalión y Galatea

Pigmalión, rey de Chipre, vivió un enamoramiento muy peculiar, ya que su mirada había quedado seducida por los encantos de una estatua consistente en una figura femenina. Cuentan algunos que fue una figura que él mismo había modelado. Tal como si hubiera tratado de conjugar en aquella estampa el cuerpo de la mujer de sus sueños. 
Suplicó a la diosa del amor, Afrodita, que le fuera propicia y pudiera proporcionarle como esposa a una mujer que se asemejara a dicha escultura. Y allí estaba la divinidad, pronta y resuelta para satisfacer los deseos de Pigmalión, ¿para qué negárselo? Afrodita se encargó de insuflar vida en aquel cuerpo marfileño, que ya no sería tal, sino uno de carne y hueso que pudiera convivir con Pigmalión, así como el rey había expresado su deseo. 
Y de esta forma cumplió su sueño y se casó con ella, quien recibió por nombre Galatea. Juntos engendraron a una hija, Pafo.
El cuadro de la imagen corresponde a Jean-Léon Géròme, 1890. 

(Publicación original: 2 febrero 2013)

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